Formas curiosas de tomar café en el mundo: la leyenda de Etiopía

Este es el primer capítulo de una miniserie sobre formas curiosas de tomar café en el mundo. Cada jueves te contaremos maneras singulares de prepararlo, servirlo y acompañarlo que tienen en países tan exóticos como el que nos ocupa hoy: Etiopía, la cuna legendaria del café.

En este país del sureste africano es donde se consumió café por primera vez en la historia, en el siglo VI.  Esta bebida es tan importante para sus habitantes que existe el dicho tradicional de “El café es nuestro pan”. De ahí que tomarlo con migas o acompañado de un pan tradicional sea característico del país. 

También es singular el ritual que siguen los etíopes para tomar café. Se trata de una ceremonia social, muy importante para la comunidad, donde participan familiares y amigos, quienes se reúnen para compartir toda la elaboración, desde el propio tueste del grano.

Ese fruto rojo, salvaje, con propiedades revitalizantes, guarda en su interior diferentes leyendas que intenta arrojar luz sobre su origen. Una de ellas tuvo lugar en la propia Etiopía hace mucho tiempo —no existe fecha determinada—. La leyenda tiene como protagonista a Kabir, un pastor que observó cómo sus cabras se volvían “locas” después de comer los frutos rojos de unos árboles salvajes de la zona. Eran bayas de café, y el árbol era el cafeto. 

Kabir, suponemos, entre sorprendido y asustado, llevó esos granos a unos religiosos de la zona en busca de explicación. No debieron de quedar muy contentos con el descubrimiento de un fruto amargo que provocaba esos efectos demenciales sobre los animales. Lo tildaron de “endemoniado” y lo lanzaron al fuego. Sin embargo, el aroma del grano tostado cambió las tornas y, en un intento por enfriarlo para observar mejor este descubrimiento, lo metieron en agua y voila: la primera taza de café de la historia. 

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