Comida hecha en laboratorio: cómo va a cambiar nuestra forma de alimentarnos

comida laboratorio

Puede que suene a ciencia ficción o que resulte poco apetecible, pero las nuevas alternativas alimenticias, desde las microalgas hasta los insectos, han llegado para quedarse en la industria alimentaria (al menos, eso parece). El crecimiento exponencial de la población mundial y la necesidad de reducir las emisiones contaminantes obligan a replantear nuestra manera de alimentarnos. En este contexto, la tecnología y la innovación se muestran como las herramientas imprescindibles para liderar este cambio, permitiendo el desarrollo de nuevas formas de producir alimentos esenciales de manera más sostenible.

Qué es la comida de laboratorio y cómo se fabrica

La comida de laboratorio, también conocida como alimentación in vitro, es una tecnología emergente que, aunque todavía se encuentra en etapas iniciales en el ámbito industrial y comercial, ya está siendo desarrollada por diversas empresas pioneras en biotecnología. Esta innovadora técnica permite crear alimentos sin recurrir a animales vivos ni plantas, utilizando en su lugar el estudio y la manipulación de células a nivel molecular.

El proceso de producción es complejo y consta de varias fases:

  1. Selección, aislamiento y preparación de células.
  2. Multiplicación celular. Estas células se cultivan en biorreactores a gran escala, donde se multiplican en un entorno controlado.
  3. Extracción de tejidos o células.
  4. Procesado final con el material obtenido, que se transforma en un producto apto para el consumo, como carne, pescado o lácteos.

Aunque este proceso es actualmente costoso y requiere tecnologías avanzadas, se espera que los avances científicos lo hagan más accesible en el futuro.

Dónde se ha aprobado la comercialización de la comida de laboratorio

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En 2023 la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) marcó un hito al aprobar la comercialización del primer producto cárnico cultivado en laboratorio. Este logro representa un paso a tener en cuenta, ya que la producción de carne in vitro consume significativamente menos agua y recursos que la ganadería tradicional. Sin embargo, algunos científicos señalan que replicar artificialmente la complejidad de los alimentos naturales sigue siendo un desafío (puede que imposible).

Por otra parte, la Comisión Europea aspira a que para 2040 al menos el 30% del consumo de carne provenga de laboratorios. Un ejemplo de ello es la empresa vasca Biotech Foods que ya ha recibido financiación para investigar y desarrollar estas tecnologías. Mientras tanto, el Reino Unido se ha convertido en el primer país europeo en permitir el uso de carne cultivada en alimentos para mascotas, gracias a la autorización de la Agencia de Normas Alimentarias (FSA).

Qué dicen las autoridades: control y seguridad

Aunque las perspectivas son halagüeñas, las autoridades internacionales ponen la mirada en la importancia de gestionar los riesgos asociados a estos productos. Un informe conjunto de la FAO y la OMS destaca que, al igual que en la producción de alimentos convencionales, es fundamental controlar la presencia de materias extrañas, alérgenos, microplásticos y patógenos.

En el caso de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), esta valora los avances tecnológicos, pero insiste en que la seguridad alimentaria y la información al consumidor deben ser prioritarias.

En este sentido, la comida de laboratorio se presenta como una solución prometedora para el mercado, aunque su éxito dependerá de su viabilidad económica, su aceptación por parte de los consumidores y su capacidad para garantizar la seguridad alimentaria.

¿Qué opinas de esta revolución alimentaria? ¿Crees que la comida de laboratorio logrará conquistarnos con sabores y texturas irresistibles, o que solo será una solución funcional? ¡Nos encantará leer tus ideas en los comentarios!

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