El arte, como si fuera una auténtica joya, se ha convertido en objeto de saqueo a lo largo de la historia. Numerosas obras maestras han desaparecido del mapa tras ser víctimas de robos cuidadosamente planeados (a veces sorprendentemente torpes), dejando tras de sí incógnitas sin resolver y una pérdida irreparable para el patrimonio artístico de cada país.
Algunas han sido recuperadas décadas después en circunstancias inesperadas; otras, en cambio, siguen envueltas en misterio. Entre investigaciones internacionales, teorías conspirativas y descuidos de seguridad, estos casos parecen sacados de una novela policíaca.
En esta Pausa vamos a repasar (y quizás descubrir) algunos de los casos más famosos y curiosos del mundo hasta ahora:
Flores de amapola, de Vincent van Gogh
Una de las pinturas más conocidas del pintor neerlandés, Flores de amapola (1887), ha sido robada dos veces nada más y nada menos. La primera ocurrió en 1977, pero la obra se encontró más de 10 años después en Kuwait. Su segunda desaparición, mucho más desconcertante, tuvo lugar en 2010 cuando fue sustraída del Museo Mohamed Mahmoud Khalil, en El Cairo, mientras que la pinacoteca estaba abierta. A pesar de la instalación de cámaras y sistemas de seguridad, la pintura fue robada con facilidad. Desde entonces, no se ha vuelto a saber de ella.
La paloma con guisantes verdes, de Pablo Picasso
Pintada en 1957, esta impactante obra de Pablo Picasso desapareció en la madrugada del 20 de mayo de 2010 del Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris. El ladrón burló el sistema de alarmas (que estaba fuera de servicio por un fallo técnico) y escapó con cinco cuadros más. Un guardia de seguridad lo descubrió al día siguiente. Aunque un sospechoso fue arrestado y confesó haber tirado las obras a la basura por miedo a ser capturado, no se han encontrado pruebas concluyentes, y las pinturas siguen desaparecidas. El valor total del botín supera los 100 millones de euros.
Cristo en la tormenta en el mar de Galilea, de Rembrandt van Rijn
Esta dramática escena marina es la única pintura de temática marítima conocida de Rembrandt. Fue robada el 18 de marzo de 1990 del Museo Isabella Stewart Gardner de Boston, en lo que aún se considera el mayor robo de arte de la historia. Dos hombres disfrazados de policías entraron al museo de madrugada, redujeron al personal de seguridad y sustrajeron 13 obras, entre ellas esta pieza maestra. El valor total del robo se estima en más de 500 millones de dólares. A día de hoy, el museo mantiene los marcos vacíos en señal de esperanza y recuerdo.
Retrato de un joven, de Rafael
Considerada una de las grandes pérdidas artísticas de la Segunda Guerra Mundial, esta pintura atribuida a Rafael (y posiblemente un autorretrato del artista) era patrimonio de la familia Czartoryski desde el siglo XVIII. Formaba parte de su colección en Polonia cuando fue confiscada por los nazis. Retrato de un joven se perdió en algún momento durante el conflicto, y no se ha vuelto a saber de su paradero. Algunas teorías apuntan a que podría estar escondida en colecciones privadas o en algún almacén sellado, pero no hay pruebas de ello. Es, hasta la actualidad, una de las piezas más buscadas por historiadores y museos de todo el mundo.
El concierto, de Johannes Vermeer
Esta obra del maestro del siglo XVII es considerada una de las más valiosas jamás robadas. El concierto desapareció junto con la obra de Rembrandt y otras piezas durante el asalto al Museo Isabella Stewart Gardner en 1990. Su valor estimado supera los 200 millones de dólares, y es una de las piezas más emblemáticas en la lista de arte robado del FBI. A pesar de que el caso ha sido objeto de documentales, series y múltiples investigaciones, no hay pistas fiables sobre el paradero de la pintura. Se cree que aún podría estar en manos privadas.
¿Conoces alguna otra historia sorprendente sobre el robo de una obra de arte que no ha aparecido? ¡Compártela en los comentarios!