Historia del jazz: del blues a la revolución musical del siglo XX
El jazz es más que un género musical. Se trata de una expresión cultural que ha definido épocas y movimientos sociales desde finales del siglo XIX hasta nuestros días. Desde las primeras canciones escuchadas en los campos de algodón hasta la máxima improvisación con el virtuoso Miles Davis, el jazz no ha dejado de ser fuente de creatividad e ingenio.
En esta ‘pausa’ queremos contarte cómo surgió y cuáles son los músicos que lo han popularizado en todo el mundo desde sus inicios.
Las raíces del jazz
Los orígenes del jazz se remontan al sur de los Estados Unidos en el siglo XVIII, cuando los esclavos negros llegaron a los campos de algodón de familias blancas ricas. Bajo el sol cantaban y bailaban al son del banjo y otros instrumentos de percusión. Así, comenzaron a fusionar sus tradiciones musicales africanas con las influencias europeas.
La técnica que sustentaba estas melodías era la de ‘llamada-respuesta’, procedente de la herencia africana. Al combinar estas sencillas canciones con elementos armónicos de la música europea, nació un sonido nuevo, creativo y enriquecedor.
Canciones que no solo servían como expresión vocal, sino como un recurso terapéutico para mostrar las emociones. Así surgieron las primeras notas del blues, estableciendo las bases para el desarrollo del jazz. Este nuevo estilo musical se distinguía por sus patrones rítmicos, la instrumentación y armonías de ambos continentes. Y, por supuesto, por el estilo propio y la huella de cada intérprete.
La evolución del jazz y sus principales características
A pesar de que el jazz se originó a partir del blues, rápidamente desarrolló su propia identidad. Las notas y escalas aportaron un sonido melancólico y profundo a este nuevo género. Aunque la característica más importante o diferenciadora es, sin duda, la improvisación. Un espacio en el que cada músico tiene la libertad de crear solos únicos.
El género como tal se asentó definitivamente con la publicación del primer disco en el que apareció la palabra ‘jazz’. Fue grabado por la Original Dixieland Band en enero de 1917 en Nueva York. Este mismo año, el término comenzó a popularizarse, marcando el inicio de la ‘era del jazz’ en la década de 1920. Durante este periodo, muchos músicos tocaban en clubes y salas de conciertos, convirtiendo el género en la banda sonora de la vida nocturna estadounidense. Sin embargo, a medida que surgieron nuevos movimientos culturales, el jazz tuvo que adaptarse y evolucionar.
La irrupción del swing y el bebop
Con el prohibicionismo en los Estados Unidos se produjo un especial auge de los clubes clandestinos, donde bandas como las de Louis Armstrong y Duke Ellington definieron el sonido del jazz más clásico. El bebop nació como reacción contra la comercialización del jazz y buscó un enfoque más intelectual y virtuoso. Figuras como Charlie Parker, Dizzy Gillespie y Thelonious Monk llevaron el jazz a nuevas alturas técnicas y conceptuales, incorporando armonías complejas y ritmos sincopados.
El jazz continuó diversificándose, dando lugar a numerosos subgéneros a lo largo de las décadas. En los 70 surgió el famoso free jazz. Músicos como Miles Davis, John Coltrane y Ornette Coleman exploraron nuevas texturas sonoras y técnicas de improvisación, fusionando el jazz con influencias del rock, el funk y la música del mundo. A finales de los 80, el acid jazz fue popularizado de manos de los DJs de Londres.
Músicos legendarios
El jazz cuenta en su historia con numerosos músicos legendarios que han dejado una huella indeleble en la historia de la música. Louis Armstrong, con su innovador enfoque en la trompeta, y Miles Davis, con su influyente álbum ‘Kind of Blue’, son fundamentales. Otros grandes nombres son Duke Ellington, conocido por su sofisticada orquestación; John Coltrane, cuyo ‘A Love Supreme’ sigue siendo una obra maestra del jazz espiritual; y Thelonious Monk, destacado por su manera única de tocar el piano.
Entre las voces femeninas, es esencial reconocer la trascendencia de Billie Holiday, cuya interpretación emocional en ‘Lady in Satin’ (1958) ha resonado durante décadas, y Ella Fitzgerald, conocida por su aterciopelada voz y maestría en la improvisación.
Sin duda, el legado del jazz perdura hoy en día y es uno de los géneros de primer orden. Su marca no solo está presente en no solo en la música, sino también en la cultura popular, el arte y la política. A través de sus diversos estilos y revoluciones, el jazz conecta a las personas a través del lenguaje universal de la música.
¡Nos leemos en la próxima ‘Pausa’!
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