Paraísos acuáticos: las piscinas y aguas termales más espectaculares del mundo
En un mundo de estrés y prisas constantes, estar en contacto con la naturaleza es un balón de oxígeno físico y mental. Si, además, estos entornos naturales ofrecen experiencias relajantes y terapéuticas, no existe nada mejor. Disfrutar de unas horas a remojo en una piscina o baño termal al aire libre es una oportunidad para decir adiós a las tensiones de la vida diaria.
Estos oasis acuáticos se encuentran en numerosos lugares del mundo. Desde Alaska hasta Italia, hay muchas alternativas por descubrir, especialmente durante las vacaciones. Antes de conocer algunas de las más famosas del mundo, os contamos un poco más…
Nacimiento y evolución
Las piscinas naturales son uno de los grandes reclamos del turismo rural, especialmente en verano. Se forman por la depuración del agua, creando un ecosistema vivo. Tratando de imitarlas en el ámbito doméstico han surgido las biopiscinas. Son piscinas artificiales que usan recursos naturales en vez de químicos para su limpieza y tratamiento.
En el caso de las aguas o baños termales, hablamos de aguas minerales que brotan del suelo con más de 4-5 °C respecto a la temperatura de la superficie. Están expuestas a muchos elementos y minerales diferentes, de ahí sus efectos terapéuticos o sanadores en muchos casos.
Algunas de las más impresionantes
Esta es una selección de las piscinas y aguas termales más singulares del mundo que pueden visitarse libremente. Eso sí, disfrutar de ellas implica una responsabilidad: tener un compromiso activo con la conservación de los espacios naturales y concienciar sobre la importancia de respetar las normativas establecidas para su preservación.
Baños Széchenyi (Budapest)
Los Baños Széchenyi de Budapest, en Hungría, son los mayores baños termales medicinales de Europa. Arcos, columnas y esculturas decoran este lugar especial que cada año reúne a miles de visitantes.
Los baños comenzaron a construirse en el año 1909, siguiendo un estilo neobarroco que hoy en día se mantiene. Actualmente, cuentan con 15 piscinas termales interiores y tres exteriores, además de saunas y baños turcos, entre otros servicios.
Chena Hot Springs (Alaska)
Fue en 1905 cuando dos hermanos descubrieron oficialmente las famosas Chena Hot Springs buscando un alivio para sus dolores reumáticos. Más de 100 años después Chena Hot Springs es un famoso centro turístico de aguas termales ubicado en Fairbanks North Star Borough.
Aunque se puede visitar durante todo el año, lo ideal es hacerlo en los meses de agosto, septiembre y octubre. En esta época también se asiste a las increíbles auroras boreales habituales en estos meses.
Charco del Aceite o de la Pringue (Cazorla)
El Charco de la Pringue, también conocido como el Charco del Aceite, es una piscina natural creada por el antiguo cauce del río Guadalquivir. Se sitúa en plena Sierra de Segura y de Cazorla y es un auténtico espectáculo para la vista. En ella hay, además, una fauna acuática que observar: la trucha común, barbos y hasta nutrias.
Además de para un baño fresquito, también se puede aprovechar para descansar o picotear en el chiringuito.
La zona, situada en el municipio jienense de Villanueva del Arzobispo, cuenta con un área recreativa. Se accede por la carretera que comunica la localidad con el pantano del Tranco.
La piscina de la Cueva de la Poesía (Italia)
Situada en la región italiana de Puglia, en la costa del Adriático, se encuentra la cueva de la poesía. Fue descubierta en la década de los 80 y se trata de un complejo kárstico subterráneo, en parte cubierto por rocas. Con el tiempo, los temporales provocaron la caída de unas rocas, creando una piscina natural impresionante.
Sus aguas son cristalinas y turquesas y está conectada con otra cueva más pequeña y de difícil acceso. En cualquier caso, esta zona se considera una de las más bellas del país vecino.
Infiernos de Beppu (Japón)
Más que un lugar de llamas y castigo -como indica su propio nombre- este lugar es un descubrimiento de la naturaleza capaz de dejar boquiabierto a cualquiera. Los Siete Infiernos de Beppu son unas aguas termales muy singulares debido a su color rojizo. Según la Oficina de Turismo Internacional de Japón, esto es consecuencia de las “emanaciones de gas, vapor rico en óxido de hierro y del barro caliente” que las forman.
Además de estos singulares parajes, también se puede observar el comportamiento de su fauna. Y es que en los Infiernos de Beppu habitan caimanes, flamencos, monos y hasta hipopótamos.
Aunque estas aguas no son aptas para el baño, sí para visitarlas y conocer su historia. Una de las mejores alternativas es adquirir un abono para el autobús turístico Jigoku Meguri. Promete un recorrido completo por los siete infiernos.
Sea en la parte del mundo que sea, las piscinas naturales y las aguas termales ofrecen momentos únicos de relajación y conexión con la naturaleza.
¿Te animas a probar la experiencia?
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