Un fin de semana en la Comunidad Valenciana

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¿Te imaginas tener más de 600 kilómetros de costa con importantes superficies montañosas, núcleos turísticos y urbanos de gran relevancia, tranquilos pueblos de costa e interior y donde además pudieras disfrutar de gran variedad cultural, gastronómica y artística?

Si no tienes mucha imaginación, no te preocupes, porque la respuesta es más fácil de lo que parece. Al alcance de la mano, el bolsillo y cualquier fin de semana o puente largo, se encuentra la Comunidad Valenciana que, con sus 23.255 km2 ofrece la alternativa ideal para una escapada con mucha variedad.

Para empezar, os recomendamos empezar con Castellón, probablemente la gran desconocida de la comunidad y la provincia más norteña de las tres. Y es que en Castellón de la Plana encontramos una gran variedad de lugares por descubrir. No solo de costa vive el hombre, también de pueblos de una gran belleza, como Morella o Montanejos. El primero, se encuentra completamente cercado por 12 kilómetros de muralla, 10 torres y 7 puertas. El segundo es una opción ideal para aquellos amantes de los deportes de aventura. En Montanejo podrás realizar diversas rutas de senderismo, piragüismo o sumergirte en las aguas termales de la Fuente de los Baños.

«Fuente de los Bañoz, Montanejo» por Enrique Íñiguez Rodríguez  licenciado bajo CC BY 3.0

Por ello, te hemos preparado un tour muy especial para disfrutar de sus tres provincias más allá de donde te puedan llevar las guías.

Y si quieres ver un lugar realmente emblemático a la orilla del mar, no puedes dejar de visitar uno de los municipios más emblemáticos de Castellón: Peñíscola, que con su imponente castillo recortado sobre el mar, ha sido escenario de rodaje de la mítica serie Juego de Tronos. Aquí podrás probar los patissets de carabassa, un postre muy típico de Peñíscola consistente en una empanadilla rellena de confitura de calabaza …¡una delicia!

Por último, para poder continuar tu viaje es parada obligatoria las Islas Columbretes, un conjunto de cuatro grupos de islas volcánicas declaradas reserva marina, ideales para los fanáticos del buceo o el snorkel.

Port de l’illa Grossa | Imagen de Manel en Flickr licenciado bajo CC BY 2.0

Valencia es uno de esos lugares que uno no puede olvidar, tanto histórica como culturalmente. La Ciutat Vella es una de las más grandes de España, y es impensable recorrerla sin visitar sus lugares más emblemáticos como la Plaza del Ayuntamiento, donde se ubican el consistorio y el Palacio de Telecomunicaciones; o una escapada cultural al Museo Nacional de Cerámica, situado en el Palacio del Marqués de Dos Aguas, gran representativo del barroco.

Otro de los imprescindibles de Valencia es la Lonja de la Seda o de los Mercaderes, justo enfrente del Mercado Central, y una de las muestras más representativas del Siglo de Oro valenciano. Cuidado porque las horas se te pasarán volando y aún tienes que llegar llegar a la Ciudad de las Artes y las Ciencias. ¿Por qué no haces una parada para disfrutar de la típica horchata fría junto al cauce del Turia?

Si quieres disfrutar de la naturaleza, tienes que visitar L’ Albufera, un increíble parque natural en el que avistar una gran variedad de animales y planta, no sin antes degustar un plato de la paella valenciana, el delicioso plato típico de la comunidad. Aunque no hemos tenido el gusto, dicen las malas lenguas que la de Bon Aire, en El Palmar, es el mejor en la actualidad. Como sabemos que no habrás podido comer solo un plato, te recomendamos un paseo al atardecer por la playa del Cabanyal o La Malvarrosa.

De camino a Alicante, te recomendamos un pequeño desvío a Ontinyet y al pequeño paraíso que atesora, Pou Clar. Pou Clar o “Pozo Claro” es una de las mayores piscinas naturales de Valencia, que ofrece a sus visitantes una alternativa a la playa, ideal para pasar un día refrescante y rodeado de naturaleza.

Pou clar | Imagen de Manel en Flickr licenciado bajo CC BY 2.0

Llegamos a la última de las tres provincias, Alicante, que ofrece pueblos de interior tan especiales como Guadalest, perteneciente a la categoría de “Los Pueblos más bonitos de España”. En este municipio se alza el Castell de Guadalest, existente desde la época musulmana y declarado Bien de Interés Cultural.

También en el interior de la provincia podemos visitar el Museo del Juguete, que lleva más de cien años fabricando piezas exclusivas. Allí podremos encontrarnos con el niño que llevamos dentro a través de más de 400 piezas de colección que nos harán pasar un día diferente.

Ir a Alicante y no visitar alguno de sus pueblos costeros como Calpe, Altea o Denia, sería un delito. Nosotros nos quedamos con una ruta de senderismo que nos lleva a la cima del Peñón de Ifach, en Calpe, desde donde podremos incluso divisar Ibiza o Formentera en días despejados. Al bajar, podemos acercarnos al espectacular restaurante Blau Mar a tomarnos un arroz del senyoret o una buena fideuá.

Después de este agotador pero productivo viaje, podemos confirmarlo: la Comunidad Valenciana bien merece la pena, y más si tienes la oportunidad de disfrutar de sus fiestas más típicas: las Fallas y la noche de San Juan, donde podrás ver una exhibición de la reputada pirotecnia levantina.

¿Te animas a un fin de semana diferente?

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