Seis pueblos de obligada visita que se incorporan a los más bonitos de España

¡Basta de fines de semana aburridos! De esos sin planes a la vista y en los que lo más emocionante que vamos a hacer va a ser qué pizza pedir para cenar.

Si ya estáis planeando vuestras próximas escapadas, estas seis joyas rurales que han pasado a formar parte de la lista de Pueblos Más Bonitos de España desde este año son una visita obligatoria, tanto por su belleza como por su encanto.

Os invitamos a descubrir un poco más sobre ellos a continuación.

Durro (Lérida)

Este pequeño pueblo, de apenas 80 habitantes, se encuentra en la Vall de Boí, en pleno Pirineo catalán. La paz y la tranquilidad que lo rodea lo convierte en el destino perfecto para pasar un fin de semana y desconectar. 

Mientras disfrutamos de un paseo por sus solitarias y estrechas calles podemos encontrarnos con la iglesia de la Natividad de la Madre de Dios, una construcción románica del siglo XII que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. 

También en lo alto de la montaña podemos visitar la ermita de Sant Quirc, también de estilo románico. Se accede a ella a través de un camino a pie de unos veinte minutos y desde ella se pueden vislumbrar unas vistas privilegiadas de la localidad y el paisaje desde las alturas.

Arties (Lérida)

En el Valle de Arán, 1.144 metros de altitud, en la confluencia entre los ríos Valarties y Garona, se encuentra esta localidad de 486 habitantes.  

Si sois unos apasionados de la historia del Arte, su iglesia de Santa María de Arties, declarada Bien Cultural de Interés Nacional, data del siglo XII. En su interior contiene varios retablos barrocos del siglo XVIII y murales del siglo XVI, pero lo que más llama la atención es un retablo original del siglo XV que representa la vida de la Virgen María y que es considerado una obra maestra del Gótico.

También merece la pena visitar la iglesia de San Juan, de estilo gótico; los restos del castillo de Arties o Entrasaigües; la torre y la capilla de la Casa de los Portolà (s. XVI), o los Baños de Arties.

Garós (Lérida)

Seguimos en esta misma zona de la provincia de Lérida, conocida como el municipio del Alto Arán, y que incluye tanto a Arties como otras ocho localidades, como es el caso de Garós, un precioso pueblo situado en la orilla derecha del río Garona y a 1.115 metros de altitud. 

Con sólo 136 habitantes censados, Garós es el lugar perfecto para perderse entre el Pirineo catalán, lejos del ajetreo y en total armonía con la naturaleza. En él se puede visitar la iglesia parroquial de San Julián, construida en el siglo XII y reformada en el siglo XV, que combina elementos del románico y del gótico. En su interior, además, alberga un cristo de talla, una imagen gótica de la Virgen y una cruz procesional de plata.

También es imprescindible perderse por sus calles e ir descubriendo cada rincón de la localidad y admirar la arquitectura típica de esta zona.

Castrojeriz (Burgos)

Esta localidad burgalesa, perteneciente a la comarca de Odra-Pisuerga, es una de las paradas más populares y mágicas del Camino de Santiago que, a lo largo de casi dos kilómetros, atraviesa la ciudad de forma longitudinal formando la travesía más larga de toda la ruta jacobea.

Su importancia como localización es tan clave para el Camino que, en su origen, contaba con siete hospitales para peregrinos (Nuestra señora del Manzano, San Lázaro, del Pilar, San Andrés, Santa Catalina, la Inmaculada y San Juan) ya que éstos llegaban en muy mal estado de salud desde Roncesvalles, donde iniciaban su recorrido.

Castrojeriz posee un rico patrimonio histórico en el que podemos destacar: el Castillo de Castrojeriz, la Casa El Fuerte, la Torre, la iglesia parroquial de Santa María, San Juan y Santo Domingo, el Monasterio de Santa Clara y la iglesia de Nuestra Señora del Manzano que, en la actualidad, alberga el museo de Arte Sacro. Es en este lugar donde podemos encontrar verdaderas joyas artísticas, como la talla de la virgen policromada del siglo XIII a la que el rey Alfonso X atribuía diversos milagros.

El Burgo de Osma (Soria)

Este municipio está formado por dos localidades históricamente diferentes: la Ciudad de Osma, que compone su núcleo histórico altomedieval, y El Burgo de Osma, que es la villa aledaña que nace en el siglo VI tras la creación de la diócesis de Osma y la construcción de la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción.

Declarado Villa de Interés Turístico y Conjunto Histórico Artístico, el Burgo de Osma alberga increíbles tesoros de gran valor, como la ya mencionada Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, que mezcla tres estilos artísticos en distintos elementos de su edificio: románico, gótico y renacentista.

Si sois de los que van a visitar este precioso pueblo,  es también una visita obligada el Castillo de Osma (siglos X, XI y XVIII), situado a las afueras de la localidad, desde el que se puede ver todo el municipio y el desfiladero.

Además, entre el importante patrimonio que esconden sus calles destacan la muralla (siglo XV), el Hospital de San Agustín (siglos XVII y XVIII), la iglesia del Carmen (siglo XVI), la Universidad de Santa Catalina (siglo XVI), el Seminario Diocesano Sto. Domingo de Guzmán (siglo XVIII), el Palacio Episcopal (siglo XVI) y el Ayuntamiento (siglo XVIII).

Trevélez (Granada)

En el Parque Natural de Sierra Nevada, en la comarca de la Alpujarra granadina, se encuentra esta localidad a casi 1.500 metros de altitud, lo que la convierte en una de las más altas de España y la más alta del sur de la Península. Es también, además, de las más antiguas, puesto que en ella se han encontrado asentamientos neolíticos.

Pero, sobre todo, fue la llegada de los árabes la que configuró el municipio que hoy conocemos, convirtiéndolo en un punto fundamental para el sistema de regadío por terrazas. 

Además, es un enclave perfecto para disfrutar de diferentes rutas naturales a su alrededor, como las de Chorillo, Horcajo, Molino Altero o la de las Siete Lagunas.

En el interior del pueblo merece la pena visitar la iglesia de San Benito y la Ermita de San Antonio y de La Virgen de Las Nieves. Y también es obligado probar su típico jamón de Trevélez, de inconfundible sabor y famoso por ser uno de los jamones con menos grado de salazón utilizado para su curación.

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