¿Podemos imaginar un futuro sin cambio climático?

trabajamosporelcambioclimatico

Proponemos hacer un viaje en el tiempo y llegar hasta el año 2060: un mundo más sostenible con un clima más estable, hielo en el Ártico y un aire más limpio. Parece una utopía, ¿verdad? 

Parafraseando al ex secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, “no hay plan B… porque no hay planeta B”, por lo que conseguirlo es algo que está en nuestras manos a través de acciones que ayuden a remitir los efectos devastadores que el cambio climático ocasiona en el mundo natural.

Objetivo: llegar a las cero emisiones (o, al menos, intentarlo)

En la actualidad, eliminar la misma cantidad de emisiones de carbono que producimos es un objetivo muy ambicioso y, para alcanzarlo, es necesario actuar de manera inmediata, tal y como se debatió en la última Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de 2021, celebrada en Glasgow. Para que el calentamiento global no alcance los 4 grados y se pueda mantener entre los 2 y los 1,5 grados —el margen de seguridad fijado y recomendado por los científicos—, las naciones deben reducir de forma drástica y urgente su consumo de combustibles fósiles que, en su gran mayoría, son el sustento imprescindible del su crecimiento económico.

Pero el último informe del IPCC, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas, advertía que, a pesar de que cada vez son más intensos y frecuentes los fenómenos climáticos extremos, el calentamiento todavía se puede contener. En base a cómo evolucione el panorama de aquí al futuro, dibujaban tres escenarios posibles en función de cómo avancen las emisiones.

En el peor de ellos, los expertos predicen que, para 2060, la temperatura media anual se habrá elevado a unos 4 grados. Esto podría ocasionar, por ejemplo, que los días de calor extremo en la región mediterránea se multiplicasen por 8 pero, en otras zonas como el Océano Ártico, esta subida alcanzaría los 8 grados.

Pero, si se atiende a los planes a corto y medio plazo de los países, se podría producir un calentamiento de unos 2,7 grados. Aunque, para ello, es imprescindible que los países endurezcan aún más sus planes de recorte de emisiones con medidas a corto y medio plazo.

En el escenario más optimista, el IPCC considera que, si bien el calentamiento ya no se puede evitar, sí es posible limitarlo si actuamos deprisa y conseguir dejar la subida de temperatura en 2 grados. Para ello es necesario tomar medidas drásticas y rápidas para reducir las emisiones de efecto invernadero hasta su práctica eliminación.

¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros para alcanzar esa utopía climática?

Aportar nuestro granito de arena para frenar el cambio climático es posible. Para ello, lo primero que recomiendan los expertos es tomar conciencia y tener claro el impacto negativo que tiene la emisión excesiva de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero.

En segundo lugar, y especialmente si tenemos vehículo propio, es importante tener en cuenta que los combustibles fósiles —como el carbón, el petróleo y el gas natural— son los que más contaminan el ambiente con CO2, por lo que reducir su uso disminuirá estas emisiones nocivas para el planeta. Escoger medios de transporte ecológicos como la bicicleta, caminar más, utilizar el transporte público y especialmente si son vehículos eléctricos, también son una buena opción.

El reciclaje de nuestros residuos, la reutilización de aquellos que se puedan transformar en otros objetos para darles un nuevo uso y utilizar materiales no biodegradables es también otra recomendación a seguir para mantener nuestro compromiso con el planeta desde el hogar.

Por otro lado, el uso de energías renovables o acciones de consumo eficiente para reducir el gasto energético, como el uso de luces LED, reducir el consumo de agua, utilizar aparatos electrónicos con sellos A+ (que indican la mayor eficiencia energética) o apagar los electrodomésticos no imprescindibles cuando no se estén utilizando, son otros gestos que podemos incorporar a nuestra rutina sostenible a diario.

Y otra acción a largo plazo que puede ayudar a regular los niveles de CO2 y mejorar la calidad del aire es plantar árboles. Es por esta razón que plantar árboles es una acción que, a largo plazo, ayudará a regular los niveles de CO2 en el aire. ¿Sabías que un árbol puede llegar a eliminar entre 350 y 3.500 kg de dióxido de carbono a lo largo de toda su vida? Esto se debe a que consumen gran parte del dióxido de carbono y lo convierten en oxígeno por medio de la fotosíntesis, lo que los convierte en los pulmones de nuestro planeta. Conociendo todos estos gestos, ¿te sumas al cambio sostenible? ¡Cuéntanos lo que haces desde tu trabajo o tu hogar para reducir los efectos del cambio climático!

Comparte: