Paisajes del vending: Eiji Ohashi
Las máquinas de vending pueblan nuestros alrededores en las ciudades. Siempre están ahí dispuestas a ofrecernos una bebida o un snack.
Sin embargo, en Japón el concepto va más allá. Estas máquinas son más que un elemento tremendamente útil del mobiliario urbano. Son, de hecho, un bien muy preciado de su cultura, y así lo demuestra Eiji Ohashi en su serie “Roadside Lights”.
En este artículo, hablaremos sobre el autor de esta curiosa obra y explicaremos por qué escogió las máquinas de vending como modelo fotográfico.
Unas notas sobre el autor: Eiji Ohashi
Eiji Ohashi nació en Wakkanai, Hokkaido (Japón) en 1955. Ha dedicado 20 años a visitar y fotografiar diversos paisajes, así como sus habitantes en regiones del Himalaya, el Tíbet, Pakistán y las y la zona occidental de China.
El año 2008 es cuando comenzó a fotografiar máquinas expendedoras por todo Japón, poco después de convertirse en fotógrafo comercial. Tras 9 años de trabajo, estas fotografías conforman la serie titulada «Roadside Lights», una de las más exitosas del fotógrafo. Una serie surgida de la más profunda gratitud, así como de un deseo de mostrar la cultura japonesa.
Las máquinas de vending: ¿por qué fotografiarlas?
Las máquinas expendedoras son una parte más del paisaje japonés. Pero no una parte cualquiera. Son, de hecho, un servicio muy querido y necesitado por la sociedad japonesa que puede observarse tanto en zonas urbanas como en zonas más rurales y apartadas.
En estas máquinas podemos encontrar prácticamente de todo: bebidas frías, bebidas calientes como sopas, helados y dulces, cuencos de fideos calientes, patatas fritas calientes, incluso huevos.
De ahí su importancia y el respecto de la sociedad japonesa hacia ellas, ya que rara vez han sufrido actos de vandalismo. Al mismo tiempo, las máquinas de vending generan 5 billones de yenes anuales. No cabe duda, de que en Japón son poco menos que imprescindibles.
Las máquinas de vending cobran especial importancia en aquellas zonas del país de clima más frío donde el tiempo, de ventiscas y tormentas puede dificultar algo tan cotidiano como ir a comprar.
Algo así le sucedió a Ohashi. Se perdió en una tormenta, pero pudo encontrar el camino de regreso a casa gracias a la luz de las máquinas expendedoras distribuidas por los caminos.
A raíz de esto, con la gratitud en la mochila, emprendió varios viajes por Japón fotografiando máquinas de vending en diferentes rincones del país, para crear así su homenaje.
Para Ohashi, las expendedoras son una metáfora del funcionamiento del mundo. Como dijo en su momento, “…son la imagen de la soledad. Trabajan incasablemente, sea de noche o de día y cuando sus ventas bajan, son eliminadas”. Por eso, el fotógrafo señala que es posible “que haya algo humano en ellas”.
A continuación, os enseñamos algunas de sus fotografías.
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