El uso del color tiene un gran poder sobre las personas. No solo se trata de elegir la tonalidad de jersey que usaremos hoy o el subrayador ideal para los apuntes. Los colores son capaces de estimular o deprimir, creando alegría o tristeza y afectando a las emociones. Gracias a los colores se favorecen sensaciones térmicas e, incluso, pueden generar un efecto de orden o desorden en quien los observa.
Su influencia en las diferentes culturas y sociedades ha hecho que se conviertan en herramientas para generar emociones concretas o influir en las decisiones. De ahí su importancia en la publicidad, el marketing o la moda.