Objetivos de Año nuevo… ¡a por lo ecológico!
Seguro que muchos, como en cada año que comienza, habéis realizado una lista de propósitos para cumplir en este 2023 que acabamos de estrenar. Pero… ¿sabíais que menos de un 10% de nosotros logramos cumplir todas estas metas que nos planteamos?
Todos nos sentimos on fire el primero de enero y muy motivados para cumplir nuestras metas. Conforme va avanzando el año, los meses pasan, poco a poco se va perdiendo el entusiasmo… y terminamos abandonando esos propósitos. Y así cada año…
Pero, si ponemos el ojo en aquello de ser más respetuosos con nuestro entorno y cuidar nuestro planeta, tanto por nuestro propio bien como el de las generaciones que vienen detrás, ¡esto NO nos lo podemos permitir!
Por ello, y con la idea de echar una mano, indicamos una lista de posibles hábitos, muy sencillos y adaptables a nuestro estilo de vida, que nos puedan ayudar a cumplir nuestros objetivos más verdes (ecológicamente hablando).
Cepillo de bambú
Cada día, nuestros cepillos de dientes albergan muchas partículas y bacterias. Usar un cepillo con el mango de bambú, gracias a sus propiedades antibacterianas, no es solo una opción mucho más higiénica y segura para nuestros dientes. Utilizarlo es también una decisión mucho más ecológica.
¿Sabíais que por cada cepillo de bambú utilizado cada año, sustituimos nada menos que cuatro de plástico? Además, si tenemos en cuenta que un cepillo de dientes de plástico pesa alrededor de 20 gramos, cada año producimos en todo el planeta 600 millones de kilos de desechos de este objeto. Es para pensarse utilizar otras alternativas menos contaminantes para nuestra higiene bucodental. ¡Conciénciate también a la hora de lavarte los dientes!
Termo o botella de agua reutilizable
Si utilizamos una botella o termo de agua recargable, podemos ahorrar el uso de hasta 167 botellas de plástico cada año y, además de ser un gesto sostenible, es también una opción más saludable.
Los expertos en epidemiología y salud indican que las botellas de plástico con agua embotellada están fabricadas para ser de un solo uso, y con su uso acumulado pueden albergar muchas bacterias que podrían afectar a nuestra salud intestinal. No obstante, si utilizamos una botella recargable, es importante vigilar que sus materiales sean sostenibles y limpiarla tras cada utilización, tanto por cuestiones de higiene como por prevenir posibles infecciones derivadas de su uso continuado.
Bolsa reutilizable
Llevar nuestra propia bolsa de tela a cualquier parte puede hacernos ahorrar hasta 170 bolsas de plástico al año.
Además de que generaremos menos residuos y reduciremos la contaminación que producen los plásticos, es también una alternativa más económica, porque la mayoría de los establecimientos cobra por su solicitud en el momento de compra. También son fáciles de guardar, ocupan muy poco espacio dobladas y las podemos llevar siempre con nosotros de forma cómoda ante cualquier imprevisto. ¿Qué más podéis pedir?
Reducir los desperdicios de comida
Aunque la inflación apriete, controlar el gasto de comida en casa puede ser mucho más sencillo de lo que parece. Para empezar, podemos crear un menú semanal y, a partir de él, hacer una lista de lo que vamos a necesitar con el fin de no comprar más de lo necesario.
También es aconsejable prestar atención y ver si en nuestro supermercado más próximo venden productos de fecha de consumo preferente. Aunque haya que comérselo antes, suelen ser más económicos y, comprándolos, también ayudamos a evitar que se desperdicien.
Otra buena idea es hacerse con trucos para conservar correctamente los alimentos y evitar que se echen a perder (como, por ejemplo, conservar fuera de la nevera aquellos productos que no necesiten frío para su conservación, como pueden ser algunas frutas, el chocolate o determinados embutidos y quesos).
Y cuando nos pongamos a cocinar, es igualmente importante precisar muy bien las cantidades de los que se va a consumir, aunque también podemos congelar algunos platos que sobren para utilizar más adelante. La cocina de aprovechamiento tiene que ser, además, nuestra gran aliada, ya que también podremos crear nuevos platos y evitar la creación de basura a lo loco.
Evitar el uso del plástico
Desde el 1 de enero de este año ha entrado en vigor en nuestro país el nuevo impuesto medioambiental para envases de plástico no reutilizables. Aunque esta medida afecta fundamentalmente a productores, distribuidoras y grandes superficies, como consumidores también podemos contribuir de una manera sencilla a reducir el uso de este material en nuestro día a día.
Utilizar otros materiales para el envasado y la conservación de alimentos como, por ejemplo, el vidrio, son igualmente válidos o, incluso, más que el plástico, y tienen un ciclo de vida y reciclaje prácticamente eterno. Además, no trasfieren sabores a los alimentos y tampoco contienen elementos químicos que puedan pasar a la comida, entre otras ventajas. ¡Hay muchísimas opciones!
Redecorar nuestro hogar y llenarlo de plantas
Tener plantas de hoja verde como arecas, potos, sansevierias, dracenas, ficus o anturios no sólo darán vida a la decoración de nuestra casa, sino que también nos ayudarán a respirar un aire más limpio.
Con sus hojas, tierras y raíces, las plantas filtran sustancias del aire y nos ayudan a crear un ambiente mucho más sano, siempre y cuando no olvidemos todos los cuidados y mimos que necesitan para que crezcan sanas y se mantengan siempre verdes.
Limpiar de una forma más natural
A pesar de que resultan nocivos para el medio ambiente, los productos de limpieza como la lejía o el amoniaco ayudan a dejar la casa limpia y desinfectada. Pero en muchas ocasiones se pueden conseguir efectos muy similares con otras cosas que siempre tenemos a mano en casa para crear nuestros propios productos de forma casera, como jabón, vinagre, bicarbonato y limón.
Es cuestión de probar (podemos encontrar miles de tutoriales y trucos caseros en internet…); pero, si aun así estas opciones no nos convencen, también existen alternativas de productos ecológicos de limpieza que están preparados para no atentar ni contra nuestra salud ni con la del planeta.
Ahorrar agua y electricidad
Esto es de primero de hábitos sostenibles, y más teniendo en cuenta el aumento del coste de la electricidad en los últimos años.
Existen muchos gestos sencillos para poder lograr este objetivo: desde utilizar la ducha en lugar del baño relajante en la bañera, pasando por poner en marcha nuestra lavadora o lavavajillas siempre que estén llenos, comprar electrodomésticos con certificación A+ o superior (que consumen menos energía), cambiar las bombillas por alternativas led o asegurarte de no dejar enchufados cargadores y electrodomésticos en modo reposo cuando no se estén utilizando
Otras opciones muy recomendables son colocar un aireador en los grifos, para tener la sensación de que el caudal de agua es superior, o sellar bien los ventanales para no perder temperatura ambiente y evitar tener que recurrir a la calefacción con mayor frecuencia. ¡Será también bueno para nuestra cuenta corriente!
Reutilizar el agua de la lavadora
Desde Ecoinventos nos recuerdan que reutilizar el agua de la lavadora puede ahorrarnos entre 60 y 90 litros de agua cada lavado.
Para recogerla no hace falta ser un experto en fontanería. Tan solo se necesita tener un depósito de agua de más capacidad que la lavadora que tengamos en casa, que nos permita almacenar el agua, sin que se desborde.
Una vez que tengamos este depósito, hay que asegurarse de que la manguera está colocada en la lavadora. Entonces, la sacamos del orificio del desagüe y, con una punta donde la lavadora tira el agua y la otra en el depósito, dejamos que la lavadora la deseche.
Después, en función del jabón que utilicemos para lavar, esta agua se puede aprovechar para fregar suelos, regar las plantas, llenar la cisterna o, incluso, limpiar la moto o el coche.
Utilizar la bicicleta y el transporte público
Además de que resulta más económico, teniendo en cuenta el precio de los carburantes, contribuiremos a mejorar y cuidar el medio ambiente minimizando el uso del coche o de la moto solo para casos en los que verdaderamente su uso sea necesario.
En aquellos casos en los que los desplazamientos en bicicleta sean impensables, siempre podemos utilizar el transporte público o compartir coche. Además, también ayuda a evitar el tráfico y resulta mucho menos estresante.
Cada pequeño gesto marca la diferencia. ¿Os animáis a adoptar estos hábitos sostenibles en vuestro día a día? ¿Aplicáis ya algunos? Os leemos en comentarios.
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