La historia de amor imposible de Josephina y y Jacob

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Actualmente en los Países Bajos, la mayoría de los holandeses no se reconocen como religiosos pero no siempre fue así. Durante el siglo XIX la sociedad se dividía en diversos pilares, con gran importancia la división religiosa entre católicos y protestantes. Cada segregación religiosa tenía su propia sociedad, instituciones, hospitales, mercados, escuelas y barrios, evitando en la mayor medida posible relacionarse. Por supuesto los hijos de católicos debían casarse con católicos y del mismo modo los protestantes. Aquí es donde empieza una historia de amor aparentemente imposible.

Josephina Caroline Petronella Hubertine Van Aefferden (sí, un nombre complicado) nace en una familia de alta cuna y católica, en la ciudad de  Roermond, al sur de los Países Bajos. Desde su nacimiento en 1820 (en época del rey Guillermo I) hasta su muerte se le conoce por ser una mujer de diferentes ideas y actitud rebelde. Por otro lado, Jacob Werner Constantin van Gorkum nació en Ámsterdan, en 1809 en una familia de tradición militar y religión protestante.

Ambos se conocieron y se enamoraron desde el primer momento y, aunque todo estaba en su contra, no dudaron en casarse en 1842 y tener tres hijos ignorando toda habladuría. Tuvieron todo en su contra ya que cada vez que se disponían a escolarizar a sus hijos o a ir a un hospital, la pilarización se lo complicaba.

Tras 38 años casados, en 1880 Jacob falleció y Josephina se dió cuenta de que hasta en su muerte, la sociedad también los mantendrían separados, ya que el cementerio local  se encontraba dividido entre católicos y protestantes por un grueso muro de ladrillo. Sin embargo, la inteligencia y picardía ganaron a las injusticias y Jacob fue enterrado en la zona más pegada al muro para que, ocho años más tarde, cuando Josephina fuese enterrada, ambos pudiesen sujetar sus manos a través de sus emblemáticas lápidas.

Viñeta extraída del libro Valerosas 1

*Conoce más historias en Valerosas 1.

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