La cáscara de café: un valor en alza gracias a su sorprendente sabor
¿Sabías que la cáscara de café se ha convertido en el ingrediente de moda en muchas cafeterías del mundo? Hoy te contamos cómo ha llegado hasta nosotros esta tendencia y qué bebidas pueden hacerse con ella.
En primer lugar, es importante saber que el café proviene de una planta tropical llamada “cafeto” o “Caffea arabica”. Esta planta es capaz de producir simultáneamente flores y frutos –estos últimos también conocidos como cerezas de café— que tienen diferentes grados de madurez. El grano de café que conocemos comúnmente es la semilla del cafeto, que se encuentra dentro de los frutos. Estas semillas están cubiertas por el mucílago, una piel de pergamino y la pulpa o cáscara.
La cáscara del grano de café solía desecharse o utilizarse como fertilizante hasta que las grandes cadenas de cafeterías de Estados Unidos vieron la oportunidad de elaborar nuevas variedades con el uso de la cáscara secada. A raíz de esto, ha aumentado la demanda de la cáscara de café hasta el punto de que su precio ha ascendido a los 10 euros por kilo, en comparación con los 2 o 3 euros que costaba anteriormente la misma cantidad del producto.
Pero, ¿cómo supieron las cafeterías que este ingrediente podría tener un nuevo uso para su negocio? El origen de esta tendencia surge en la Finca Kilimanjaro, una antigua plantación y productora de café situada en El Salvador. Su dueña, Aida Batlle, mientras pasaba cerca de algunas cortezas que se secaban al sol, descubrió que producían un agradable olor floral, así que decidió recogerlas y sumergirlas en agua caliente como si fuera una infusión. A raíz de esto, la cafetalera de Aida Batlle comenzó a introducir la técnica del secado en su plantación y, actualmente, ha pasado a ser una de las principales firmas que está proporcionando a las multinacionales la cáscara de café como ingrediente.
La expansión de un nuevo ingrediente en el mundo del café
En zonas como Etiopía, el consumo de la cáscara de café tiene una larga tradición: la planta arábica de la que se extrae tiene su origen en este país. Desde hace cientos de años, se ha usado como una infusión llamada “quishr”; el deshecho se seca antes de utilizarse y sus propiedades se asemejan más a las del té, a diferencia de los granos de café que se tuestan previamente.
La planta Coffea arabica viajó de África a Centroamérica y Sudamérica introducida por los conquistadores colonos españoles en el siglo XVI. Con el paso del tiempo, esta planta y la cáscara de café ganaron popularidad entre los países occidentales, donde se sigue denominando por la palabra española “cáscara” en lugar de la inglesa “husk”.
Así, los granos de la Coffea arabica son actualmente un producto muy apreciado en todo el mundo por su calidad, especialmente en Italia, cuna internacional del café. Y la cáscara, debido a su proceso de secado, permite la elaboración de cafés exquisitos: se emplea para dar más cuerpo y cierta acidez, haciendo importantes efectos en el sabor y aportar cierta dulzura derivada de sus hojas.
¿Cómo preparar la infusión de cáscara de café?
Actualmente, la cáscara de café se utiliza especialmente para conseguir diversas infusiones que pueden ir mezcladas con muchos otros productos como el jengibre, el ginseng, la canela o el cacao, aunque también puede hacerse mediante la prensa francesa o cafetera de émbolo.
Para elaborar la cáscara de café con la técnica de la infusión, necesitamos agregar agua hirviendo en una relación de 11 gramos de cáscara con 320 mililitros de agua aproximadamente, que pueden mezclarse con otros agregados aromáticos, como la canela, y dejamos reposar la mezcla durante 4 minutos. Una vez hecho esto, solo tendremos que filtrar la infusión para retirar los restos de la cáscara de café, y ya tendremos lista nuestra infusión.
Otros usos curiosos de la cáscara de café que no conocías
Ya hemos entendido cómo ha llegado hasta nuestras cafeterías y hogares el empleo de la cáscara de café en forma de bebida, pero no es la única utilidad que tiene este producto tan reconocido en el mundo. A continuación, reuniremos algunos de los principales usos más allá de la gastronomía y que resultan sorprendentes:
- La cáscara de café es muy útil para el relleno de cojines, almohadas o artículos de este tipo para el hogar, como también se hace con cáscaras de algunas semillas
- Es muy frecuente su uso como abono natural para las plantas, dejando la cáscara como fertilizante en la tierra donde se ha recolectado y que así se vuelva a sembrar el café
- También se trata de un buen alimento para el ganado gracias a su alto contenido en fibra
- Además, la cáscara prensada se utiliza para elaborar piezas de combustibles para chimeneas, barbacoas…
Sin duda, la cáscara de café es un producto natural muy versátil que nos ha acompañado durante siglos para hacer nuestra vida más fácil y deliciosa. ¿Te animas a probarlo?
Dejar un comentario