Grandes escritores que confesaron su pasión por el café

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El café es, a día de hoy, la segunda bebida más consumida del planeta. Sin embargo, su característica estimulante y su peculiar aroma han hecho que sea la mejor compañía para numerosos artistas a lo largo de la historia, buena parte de ellos escritores. Desde los cafés literarios de la Europa del siglo XVIII hasta las modernas cafeterías de hoy en día, el café ha sido el combustible creativo de muchas mentes literarias brillantes. Pero este brebaje también ha sido su compañía en esos momentos de soledad en los que plasmaban las alocadas historias que pasaban por su cabeza y que hoy en día siguen siendo nuestro deleite. Aprovechamos esta Pausa para descubrir a algunos de esos grandes escritores que encontraron en una taza de café el aliado perfecto para desatar su genialidad.

Honoré de Balzac, un apasionado del café

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El célebre autor francés Honoré de Balzac es conocido por su trabajo incansable, uno en el que se incluyen novelas como ‘Papá Goriot’, ‘Las ilusiones perdidas’ o ‘La piel de zapa’. Sin embargo, también nos queda constancia de que era un apasionado del café. Se decía que el escritor podía tomar hasta 50 tazas de café al día mientras trabajaba en sus novelas. Estaba convencido de que el café le proporcionaba la energía necesaria para mantenerse despierto y concentrado durante largas jornadas de escritura. En su ‘Tratado de los excitantes modernos’, Balzac elogió las virtudes del café como estimulante para la mente y el cuerpo y describió su relación con esta bebida como una parte esencial de su proceso creativo.

Johann Sebastian Bach, café para armonizar

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El genio musical Johann Sebastian Bach también encontró inspiración en unas cuantas tazas de café. Durante su tiempo en Leipzig, el músico se convirtió en una figura frecuente en los cafés de la ciudad. Su pasión era tal que llegó a componer la ‘Cantata del Café’ (BWV 211), una pieza humorística que celebra las virtudes del café y su papel en la sociedad. Esta pieza refleja cómo el café era más que una simple bebida para Bach. Estaba convencido de que era un reflejo de la vida social y cultural de su época.

Voltaire, el café como punto de encuentro 

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El filósofo y escritor francés Voltaire fue un cliente asiduo de los cafés parisinos, donde se reunía con otros pensadores de la Ilustración. El café era un lugar de intercambio intelectual y debate, y Voltaire encontró en este ambiente el espacio perfecto para discutir sus ideas. Sus cartas y escritos a menudo hacían referencia a su amor por el café y cómo este contribuía a mantener su mente alerta y sus conversaciones vivaces.

Fyodor Dostoyevski, el café era su excusa para observar 

El renombrado autor ruso Fyodor Dostoyevski, escritor de novelas como ‘Crimen y castigo’, tenía una relación especial con el café. Se dice que solía frecuentar cafés en San Petersburgo y Moscú, donde pasaba horas observando a la gente y reflexionando sobre la complejidad de la naturaleza humana. El café le proporcionaba un ambiente estimulante para explorar los rincones más oscuros de la psicología humana, una característica que se refleja en sus obras maestras como la ya citada ‘Crimen y Castigo’ y ‘Los Hermanos Karamazov’.

J.R.R. Tolkien, un café para la Tierra Media

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En la Tierra Media puede que no haya café, pero sí que dejó su huella en su creador. J.R.R. Tolkien también fue un apasionado amante del café. Se dice que mientras trabajaba en la épica saga ‘El Señor de los Anillos’, solía beber grandes cantidades de café para mantenerse alerta y concentrado en la creación de su intrincado mundo de hobbits, elfos y magia. No nos extraña. Este mundo está hiperconectado y requiere de una gran capacidad para poder entenderla en su totalidad.

Agatha Christie, el café como ayudante para resolver crímenes

Sí, Agatha Christie, la icónica autora de novelas de misterio, también disfrutaba (y mucho) del café. Se sabe que Christie disfrutaba de su taza mientras trabajaba en sus intrigantes historias de detectives. El café la acompañaba en sus momentos de planificación y desarrollo de tramas, permitiéndole tejer sus enredos y revelaciones sorprendentes. Su amor por el café se entrelazaba con su habilidad para crear enigmas que mantuvieran a los lectores adivinando hasta la última página. ¡Una combinación explosiva!

El café ha sido durante mucho tiempo un compañero constante de muchos escritores talentosos. Desde estimular la mente creativa hasta fomentar conversaciones filosóficas y mantener la energía durante largas sesiones de escritura, el café ha desempeñado un papel crucial en la vida y obra de innumerables autores influyentes. Así que la próxima vez que te sientes frente a tu escritorio con la intención de crear algo grandioso, recuerda que estás en buena compañía, siguiendo los pasos de aquellos grandes escritores que también encontraron inspiración en el aroma y el sabor de una taza de café.

Acércate a tu máquina expendedora de Alliance Vending más cercana y selecciona tu tipo de café favorito para disfrutar así de una ración extra de energía para ese trabajo que te toca desempeñar. 

¡Nos leemos en la próxima Pausa!

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