Cuando la comida se convierte en arte
“La comida es para comer” o “con la comida no se juega”. ¿Cuántas veces habremos escuchado esto cuando éramos niños o niñas?
La comida nos llena el estómago y nos ayuda a sobrevivir, pero ¿puede ser algo más que un elemento para no tener hambre? ¿Puede la comida ser musa? Eso fue lo que probablemente muchos de los artistas de los que vamos a hablar hoy pensaron cuando escucharon eso de que: “con la comida no se juega”.
4 artistas que convierten la comida en arte
Adam Hillman
Este artista se define a sí mismo como “artista y organizador de objetivos” (artist and object organizer). Y la verdad es que es muy acertado, pues sus obras son perfectas composiciones donde el orden y el colorido crean experiencias visualmente muy satisfactorias.
Si bien este artista multidisciplinar se vale de todo tipo de objetos para crear, la comida es protagonista indiscutible de la gran mayoría de sus obras: frutas peladas, sin pelar, cortadas; galletas, cereales y bombones; bacon, huevos, etc. Todo es válido para crear obras fascinantes.
Brittany Wright
Esta fotógrafa freelance de Seattle muestra su arte a través de su cuenta de Instagram: @wrightkitchen. Para Brittany, la comida es una maravillosa oportunidad de experimentación y de creatividad. Y así lo demuestra con sus obras: maravillosos arcoíris comestibles donde la comida, frutas y verduras mayoritariamente, está organizada según sus formas, tamaños y/o tonos de color.
Pepi de Boissieu
Pepi de Boissieu es “food designer” y dirige un estudio creativo donde la gastronomía ocupa una posición central. Según Pepi, la comida es una herramienta comunicativa muy poderosa y una manera de crear experiencias para las personas.
Para ello, el contenido y la investigación son fundamentales para comprender el origen, la estética y la historia de los alimentos. De este modo, es posible fusionarlos a través del diseño y el arte, y generar esas acciones únicas.
Carl Warner
Este artista londinense lleva 10 años dedicados a su proyecto “Foodscapes”. Warner utiliza los alimentos para recrear estructuras arquitectónicas reconocidas: el edificio Chrysler de Nueva York, el Taj Mahal o la Gran Muralla China. Lo maravilloso de sus obras es el gran detalle y la armonía que hay en cada recreación.
En un mundo y en una sociedad en constante búsqueda del placer y la belleza, algunos artistas decidieron combinar el placer de la comida y la belleza del arte para crear obras visiblemente deliciosas como las que os hemos enseñado. ¿Qué te han parecido?
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