¿Cómo encontrar nuestro estilo e identidad personal?
La identidad personal, o también llamada “alma” en las disciplinas filosóficas, es un proceso complejo y cambiante que tiene lugar desde nuestro nacimiento. Se desarrolla a lo largo de toda nuestra vida y su estudio es tan amplio que ha dado lugar a variadas definiciones de “identidad personal” como concepto en el ámbito de la psicología.
La vida nos demuestra que nuestra identidad está en constante actualización según sean nuestras experiencias vitales, nuestros aprendizajes, nuestras relaciones y la evolución de nuestras creencias, así como nuestra propia manera de ver el mundo.
Construir la personalidad: un proceso en constante cambio
Desde el punto de vista psicológico, la identidad personal es una construcción que proporciona a la persona un sentido de permanencia y singularidad como ser único e irrepetible.
Dentro de las diferentes etapas de la vida, se dice que la adolescencia es un momento determinante en la consolidación de la identidad personal: en ese periodo, la persona reelabora todo lo vivido durante su niñez y lo integra en una imagen personal y particular de sí misma.
Pero, en realidad, la construcción de la identidad personal es un proceso que continúa evolucionando tras esta etapa y que se va alimentando de las diferentes experiencias que la persona va teniendo a lo largo de toda su vida adulta.
¿Cómo se manifiesta la identidad personal de cada uno? En ella influyen distintos factores como la identidad de género, los valores morales, la elección política, la religión, las costumbres y tradiciones populares de nuestro entorno, nuestro estilo estético, la forma de expresarnos y de comportarnos, el tipo de ocio que nos gusta y también nuestra profesión o nivel de formación académica.
Nuestro ‘yo’ se configura en base al entorno y nuestras circunstancias
relación con nosotros mismos y la relación con nuestro entorno.
Desarrollamos nuestra identidad personal y el conocimiento de nuestro entorno a partir de las experiencias vividas con nuestro propio cuerpo, el contacto y la autorregulación de nuestras emociones, motivaciones y deseos que surgen con ellas y, todo ello, junto con el procesamiento interior de todas estas experiencias.
Al mismo tiempo, existen otros factores que configuran otro tipo de experiencias que aportan a cada individuo nuevos factores y datos en la creación y desarrollo de su identidad personal: el grupo de pertenencia (familia, amigos, vecindad, etc.), el entorno educativo, la cultura y el sistema social con el que interiorizamos determinadas costumbre y normas, el ámbito geográfico y el lugar de residencia… o, incluso, el idioma.
El estilo como herramienta para expresar nuestra personalidad
El estilo es nuestra imagen personal, es decir, la manera en que nuestra personalidad se expresa, sea a través de nuestra apariencia, nuestra forma de vestir o la manera de realizar nuestro trabajo. Habla por nosotros y nos define ante el mundo.
Cuando tenemos un estilo personal preciso e interiorizado y sabemos cómo sacarle el máximo potencial, reflejamos una imagen más clara de quiénes somos, a qué nos dedicamos y cuáles son nuestros gustos. Para encontrarlo, existen varios mecanismos como los que destacamos a continuación:
- Observarnos a nosotros mismos y a nuestro entorno
- Escuchar y escucharnos
- Practicar, practicar y practicar: es necesario echar muchas horas hasta encontrar un denominador común en todas nuestras creaciones
- Darse tiempo y no agobiarse
- Evitar comparaciones con otros: cada uno somos seres únicos
- Confiar en quiénes somos y lo que queremos contar: si tenemos algo que decir, conseguiremos expresarlo de una forma u otra.
Por tanto, el estilo habla por cada uno de nosotros y es cambiante. Podemos tener varios estilos a la vez y todos serán igual de válidos, pero lo más importantes es tenerlos definidos para transmitir los mensajes adecuados acerca de quiénes somos, cuál es nuestra personalidad y cuáles son nuestros objetivos en cada momento. Solo hay que descubrir cómo potenciarlo y sacarle el máximo partido.
¡Hasta la siguiente Pausa!
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