Cómo calcular nuestra huella de carbono
¿Qué impacto medioambiental tiene nuestra actividad diaria en nuestro entorno? ¿Cómo lo reducimos? Para responder a estas dos preguntas, lo primero que hay que hacer es calcular nuestra huella de carbono. ¿Cómo podemos hacerlo? Las empresas y entidades suelen recurrir a sellos o etiquetas que certifican su apuesta por la sostenibilidad, mientras que los particulares pueden tener al alcance de su mano calculadoras en línea y gratuitas que ayudan a calcular las emisiones de CO2 que emiten cuando compran, le dan a la luz, encienden la calefacción, cocinan o viajan.
Acreditaciones oficiales para las empresas
Cualquier empresa u organización que quiera formar parte de la lucha contra la sostenibilidad, el calentamiento global y el cuidado al medio ambiente debe calcular su huella de carbono para así poder elaborar un plan de mejora que facilite la reducción de sus emisiones.
Para calcularlo, lo más frecuente consiste en acudir a entidades acreditadas con la norma ISO 14067 que garantiza el cálculo según las normas internacionales emitidas a tal efecto, con el objetivo de obtener una certificación.
En nuestro país, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, entre otras instituciones, ofrece en su web tres calculadoras que ayudan a estimar, de manera sencilla, cuáles son las emisiones de gases de efecto procedentes de las actividades de organizaciones, ayuntamientos y explotaciones agrícolas. Las tres contemplan dos tipos de emisiones diferentes: de alcance 1, que son las directas producidas por quema de combustibles, y las de alcance 2, que son las emisiones indirectas generadas por la electricidad consumida y comprada. Pero ninguna de ellas recoge las emisiones de alcance 3, que son las que producen las actividades indirectas de la empresa o los particulares y que están relacionadas con la labor de los distintos eslabones de una cadena de suministro: materia prima, proveedores, procesos de fabricación, transporte, distribución, venta, etc.
A nivel particular también podemos calcular nuestras emisiones de CO2
En nuestro día a día nos desplazamos, consumimos, nos alimentamos, encendemos a luz o la calefacción al llegar a casa, viajamos… Mientras tanto, emitimos gases de efecto invernadero sin darnos cuenta.
Para saber cómo es la huella de carbono que dejamos en cada uno de nuestros movimientos, y saber cómo recuperar un estilo de vida más sostenible, existen calculadoras online muy sencillas de utilizar y totalmente gratuitas.
Una de las calculadoras más populares para calcular la huella de carbono de particulares es Carbon Footprint, que invita al usuario a elegir el país de procedencia y el periodo que quiere analizar (normalmente un año). También es posible seleccionar el aspecto de su estilo de vida que interesa medir: consumo doméstico, vuelos, tren y autobús, coche, moto, etc.
También myclimate permite sumar el CO2 emitido nuestros viajes, sea un vuelo, un trayecto en coche, un crucero, pero también en una empresa, un evento, la actividad personal, y doméstica.
En 2005 se presentó en nuestro país CeroCO2, que emite una etiqueta y un sello propios que reconocen «la acción de compromiso climático» en favor de la neutralidad en carbono de una organización, proceso, producto o evento. Esta alternativa incluye una calculadora y una plataforma de compensación de emisiones que brinda la posibilidad de elegir entre tres proyectos a los que aportar económicamente. Por otro lado, la ONU anunció en 2020 su calculadora 2030 para medir el impacto climático de algunos bienes de consumo. Esta herramienta está vinculada a la plataforma para la compensación de la huella de carbono de Naciones Unidas, y cuenta con proyectos ecológicos que trabajan para lograr el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Consejos para ir practicando un estilo de vida más sostenible
Para mejorar nuestro impacto en el planeta y también nuestra huella de carbono, dejamos por aquí algunos consejos para nuestra rutina diaria:
- Utilizar iluminación LED, ya que consume hasta un 85% menos que las bombillas tradicionales y ahorran en la factura de la luz
- Disminuir la compra de productos con embalaje excesivo, decantarse por la adquisición de productos a granel y llevar nuestra propia bolsa reutilizable (solo con este gesto, se pueden ahorrar hasta 144 bolsas de plástico al año)
- Intentar consumir productos de proximidad, ecológicos y de temporada: estos alimentos son más sostenibles debido a un menor consumo de gasto energético de agua y electricidad que, por lo tanto, resulta en la reducción de emisiones de CO2
- Priorizar el desplazamiento en medios de transporte colectivos adecuados en función de la distancia que tengamos que recorrer. Por ejemplo, viajar en tren o autobús permite ahorrar cerca de la mitad de las emisiones de CO2 si lo comparamos con el transporte en avión
¿Realizáis alguna de estas actividades en vuestro día a día? ¿Os atrevéis a calcular vuestra huella de carbono? Os leemos en comentarios.
¡Hasta la siguiente Pausa!
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