En plena tercera ola del café, caracterizada por una cultura que considera lo artesanal como sinónimo de bueno y bien hecho, podría parecer que la automatización es algo que entra en contradicción con el arte de hacer café, sea en la producción, el procesamiento, el tueste o la preparación, pero nada más lejos de la realidad.
Si nos encontramos en el trabajo y paramos para tomar un café, además de despajarnos, la inmediatez en la preparación es fundamental. Y si, además, se trata de una bebida con categoría y sabor que cumpla con nuestras expectativas, mejor que mejor, ¿no?
Por tanto, contar con un sistema automatizado de café es la mejor solución para agilizar el servicio sin perder ni un ápice de calidad.
Os invitamos a descubrir más ventajas de este servicio.