Si nuestro trabajo requiere de un mayor esfuerzo mental que físico, permanecer muchas horas desempañando la misma tarea hace que nuestro cerebro sufra un colapso y que también pase factura a nuestro rendimiento. Por todo esto es recomendable tomar, cada dos o tres horas y al menos durante 5 o 10 minutos, como mucho, un descanso para despejarnos. Esto favorecerá que demos oxígeno a nuestro cerebro, liberemos nuestra mente y volvamos a nuestra tarea de una forma mucho más comprometida y placentera.
Además, diferentes estudios han demostrado que estos microdescansos tienen múltiples beneficios: mejoran la capacidad de los trabajadores para concentrarse, cambian la forma de ver su labor y también evitan las lesiones típicas que sufren aquellos que permanecen sentados en su escritorio todo el día.
¿Cuál es la mejor forma de tomarse un respiro?
Los expertos recomiendan descansar en solitario. No quiere decir que, de repente, nos volvamos unos antipáticos con aquellos que nos rodean; contar con una red de apoyo en nuestros compañeros de trabajo es también importante para nuestro desarrollo y bienestar.
Pero, si somos capaces de encontrar un equilibrio entre la socialización y el tiempo que pasamos a solas para desconectar, la soledad nos puede aportar muchos beneficios si sabemos disfrutarla y aprovecharla al máximo. A continuación, ofrecemos algunas ideas.
Estirar nuestras articulaciones para prevenir lesiones
Levantarse unos minutos para estirar las piernas o, simplemente, cambiar de posición, ayuda a eliminar la tensión de otras partes de nuestro cuerpo, como el cuello, que a menudo se muestra dolorido si permanecemos en la misma posición durante mucho tiempo.Esta práctica es particularmente evidente en entornos sanitarios como el de la cirugía, especialidad que requiere de la máxima precisión y concentración. Un estudio llevado a cabo en 2013 por investigadores de la Universidad de Sherbrooke (Quebec) analizó cómo estos microdescansos son capaces de proporcionar alivio a sus profesionales. Para ello, estudiaron a 16 cirujanos para comprobar si los pequeños descansos de 20 segundos cada 20 minutos afectaban a su cansancio físico y mental a la hora de desarrollar una tarea de precisión y comprobaron que aquellos que habían descansado brevemente realizaron su labor hasta siete veces mejor que los que no lo habían hecho. En cada receso, además, se aconsejó a los que tomaron esa pausa abandonar su zona de trabajo y realizar algunos estiramientos. Como resultado, se comprobó que sus niveles de fatiga habían disminuido y que presentaban menos dolores en el cuello, los hombros, la espalda y las muñecas.
La ventaja de tener una botella de agua en el puesto de trabajo
No hay manera más sencilla de obligarse a tomar un descanso que teniendo a mano una botella de agua y tomar unos sorbos de vez en cuando hasta terminarla. Tarde o temprano, esto nos obligará a levantarnos e ir al baño y, al mismo tiempo, nos ayudará a estar hidratados.
Un 60% de nuestro cuerpo está formado de agua, y un correcto nivel de hidratación en nuestro índice beneficiará directamente a nuestras funciones cognitivas, a la concentración y a la agilidad mental. Por tanto, beber agua en el trabajo nos ayudará también a obtener un correcto rendimiento y, en definitiva, a ser más productivos.Se recomienda tomar de 2 a 2,5 litros de agua al día, dependiendo nuestras condiciones o el esfuerzo físico que realicemos con nuestra actividad. Otra buena opción para estar hidratados y que podemos alternar con el agua son las infusiones o las aguas aromatizadas con fruta natural, aunque nunca deben sustituirla. Así que, si tienes una en el trabajo, echa un vistazo a tu máquina de vending para disfrutarlas en el momento.
Qué alimentos ayudan a mejorar el ánimo
Llevar a cabo una nutrición adecuada también nos ayuda a incrementar nuestra sensación de bienestar y evitar los momentos de bajón.
Existen alimentos que favorecen que nuestro cuerpo segregue hormonas como las endorfinas y la serotonina y que provocan sensación de bienestar. Por ello, para mantener un nivel adecuado de producción de estas hormonas, se recomienza tomar alimentos como las fresas, las cerezas, la piña, las nueces, la leche y sus derivados, además de huevos y pescados ricos en ácidos grasos omega-3.
Tampoco hay que olvidar el chocolate y el subidón que genera cuando lo tomamos: su consumo incentiva la producción de serotonina, aunque se debe vigilar la cantidad que se ingiere cada día por su elevada aportación calórica.
¡No te olvides del café!
Es evidente que esta bebida levanta el ánimo gracias a la cafeína. Si nuestra salud lo permite, tanto si eliges un expreso italiano (como café Lavazza) o una gama de café en grano (como Café Maurice), podremos reponer energías al momento y, además, disfrutar de una experiencia única.
Técnicas de relajación y meditación: una genial ayuda
Hacer uso de técnicas de meditación (como el mindfulness o el control consciente de la respiración) nos ayudará también a desconectar y a que nuestro cerebro se recupere.
Según señala la Agencia Europea para la Seguridad y Salud Laboral (EU-OSHA), el estrés afecta al 28% de los trabajadores europeos y, para contrarrestarlo, empresas como Apple, Google o Nike han empezado a utilizar el mindfulness en sus oficinas, una técnica de atención plena que supone un cambio mental en el que el profesional toma conciencia de su vida, de su respiración y de sus movimientos.
De esta forma, consiguen relajar su mente, reducir la presión y el estrés y mejorar las habilidades para relacionarse con sus compañeros o clientes.Existen muchos ejercicios para practicar esta técnica a la hora de tomarse un pequeño descanso. Tan sólo hay que encontrar los que mejor se adapten a nuestras necesidades.
Ahora que llega el buen tiempo… ¡aprovecha los rayos de sol!
La luz solar fortalece nuestro sistema inmunológico y mejora nuestro estado de ánimo. Además, aporta una importante cantidad de vitamina D. Aunque permanezcamos mucho tiempo a cubierto en nuestro puesto de trabajo, es recomendable mantener diariamente un cierto nivel de exposición solar.
Sin necesidad de quemarnos, producir una dosis saludable de vitamina D ayuda a reducir el riesgo de infecciones; es necesaria para la absorción del calcio y del fósforo en el aparato digestivo y es esencial para el crecimiento y el mantenimiento de los huesos.Por tanto, es muy recomendable que cada día mantengamos exposiciones solares directas, aunque breves, para aumentar los niveles de vitamina D. Asomarte a la ventana en algún momento para exponer la cara y las manos al sol con moderación puede ser beneficioso para adultos sanos, según recomiendan los expertos sanitarios, y también nos ayudará a sentirnos bien y retomar nuestra jornada con positividad.