Desde pequeños nuestros padres nos explicaron que es nuestro deber y responsabilidad dejar un sitio tal cual nos lo encontramos. Esta norma podría aplicarse también al medio ambiente. Cuidarlo y mantenerlo es parte de nuestra responsabilidad, para que nuestros hijos y nietos puedan disfrutar de los mismos bellos paisajes que hoy disfrutamos. Implicar a la familia en el cuidado medioambiental a veces puede ser una tarea ardua, sobre todo con los más pequeños. Por ello, te traemos algunas formas divertidas para concienciar y motivar a toda la familia en la protección de nuestra tierra.
Reducir y reutilizar
Dos de los pasos principales para reducir la generación de residuos es eliminar el consumo innecesario y considerar si aquello que vamos a comprar realmente es un bien necesario o, si por el contrario, es un capricho. Ayudemos a nuestros hijos a que se habitúen a tener este pensamiento a la hora de comprar. Una forma divertida de hacerlo puede ser reducir el consumo de bolsas de plástico llevando una bolsa de tela creada por vosotros mismos con ropas viejas que ibais a tirar. Así no solo reducís, sino también recicláis. Todo en uno.
Por otro lado es imprescindible que entiendan lo que implica el hecho de tirar un residuo a la basura, sin reciclarlo o reutilizarlo. Por ello, puedes incentivar el reciclaje en casa poniendo cada semana a un «inspector del reciclaje», siendo así más partícipes del proyecto. Además, podéis convertir la re-utilización en un juego, reciclando papel en casa, o creando juguetes con botellas o tapones. Anímales a que propongan ellos mismos nuevas ideas para reutilizar.
Ahorra agua y energía
El primer paso para motivar a nuestra familia es la concienciación. Es importante que entiendan el motivo principal por el que debemos cuidar de nuestro entorno.
La Hora del Planeta es un evento anual promovido por WWF en el que personas de todo el mundo se comprometen a apagar la luz durante una hora. Puedes participar con toda la familia y aprovechar este momento para hablar con ellos sobre el uso de nuestros recursos. Promueve así que no se dejen las luces encendidas o tomen duchas muy largas (nunca desde la queja sino desde el premio). Celebra con ellos un cambio de actitud y predica con el ejemplo. Ser un equipo es primordial.
Una excursión ecológica
Una excursión al campo o a la playa puede ser una gran opción para que conecten con la naturaleza. Una vez allí podéis limpiar la zona de residuos o repoblar bosques que sufrieron un incendio y crear competiciones amistosas para hacerlo más divertido.
Puedes implicar hasta a los más peludos imitando a Francisca Torres, una instructora de perros para discapacitados que ha creado unas mochilas para que sus compañeros repartan semillas por los bosques incendiados de Chile mientras juegan, corren y se divierten. Eso sí, antes de plantar semillas sin más, es importante atender a una guía para reforestar y consultar con un experto en la zona, ya que es necesario seguir una serie de pasos antes de plantar las semillas. Si te ves perdido, lo mejor es hacerse voluntario de una asociación que lleve a cabo este tipo de acciones, ya que ellos sabrán cómo actuar en cada caso.
Otra alternativa es la limpieza de residuos de bosques y playas. Ya sea mediante el ejercicio con el plogging, o bien apuntándoos a alguna asociación o evento como por ejemplo el proyecto Libera, que lucha contra la basuraleza creando material informativo y educativo y acciones colaborativas como 1m2 por Naturaleza.
En esta misma línea, Lanjarón acaba de lanzar el proyecto #CleanFluencers, con el que van a limpiar ocho playas de Andalucía. Puedes consultar su web para conocer las playas que serán limpiadas y, si no te pilla lejos, inscribirte y participar. Un añadido a la marca Lanjarón es su botella roja, que destina el 100% de sus beneficios a causas de conservación con el medio ambiente.
¡Mucha suerte y fuerzas con tus acciones ecológicas! No olvides divulgar en redes sociales fotografías haciendo el bien por el entorno para que la responsabilidad medio ambiental se contagie 😉